Tiempo y espacio.
“Toda organización debe dejar de ser un equipo de estrellas y comenzar a ser un equipo estrella”
Desde el primer punto de vista, si comparáramos dos estructuras empresariales en el mercado, podríamos decir que aquella que no tiene procesos descentralizados o tercerizados y que se basa en un modelo piramidal para la gestión y toma de decisiones, estaría literalmente volviéndose más lenta al ser una estructura mucho más pesada, semejante a una supernova, y que la fuerza de gravedad resultante se convertiría en una presión aplastante producto de las exigencias del mercado.
Por el contrario, una organización que tiene procesos descentralizados o tercerizados, pues no todos no forman parte de su core business, y que tiene un modelo estructural mucho más horizontal, en este caso similar a nuestro sistema planetario con un sol que ilumina a los demás en el centro, es capaz de tomar decisiones de manera más independiente y ser mucho más ágil en el mercado puesto que al ser más livianos podrán seguirle el ritmo al mundo exterior y adaptarse al constante cambio que se da en el mismo.
Por lo tanto las empresas de estructuras más livianas literalmente podrían estar yendo a la velocidad del mercado y adelantándose a la competencia o, en el mejor de los casos, adelantándosele a ambos.
Por otro lado desde el punto de vista fundamental podríamos decir que aquí lo que se busca es incrementar el peso del sistema en su conjunto puesto que, tratándose de temas como la visión, misión y valores de la organización, deberían incrementar el peso de la misma por la calidad de su desarrollo. ¿Pero, por qué incrementar el peso ahora?
Pues simplemente porque en este caso, al incrementar la masa de la ideología de la organización, obtendríamos una mayor fuerza de gravedad que, dicho sea de paso, podríamos representarla por el compromiso de sus integrantes y la fidelidad de sus clientes.
Cuando una organización carece de esta fuerza de gravedad, deja de ser una marca fuerte y posicionada en el mercado, ya que como reclutador resulta sin la fuerza para atraer y retener el talento que necesita para mantener un crecimiento constante y, consecuentemente, pierde también fuerza para fidelizar a sus clientes a través de productos, atención y servicios de alta calidad.
En conclusión, toda organización debe manejar un modelo estructural liviano y descentralizado que se enfoque en los elementos de su core business, manteniendo una gestión organizada y evitando caer en el típico error de sobrecargar a una persona o área con más tareas de las que puede realizar en el tiempo requerido, ya que esto sólo conllevará a generar un malestar en los colaboradores y a su vez una demora en los procesos.
Todo emprendedor debe desarrollar y trabajar constantemente los fundamentos ideológicos sobre los que se mueve su organización pues serán estos los que funcionen como el pegamento que mantenga unidos fuertemente a los integrantes de la misma y que harán que su marca se vuelva reconocida y sólida. Por último, cada emprendedor debe estar consciente y gestionar su propio tiempo para que en algún momento pueda pasar a convertirse en empresario, aprendiendo a delegar tanto funciones como la toma de decisiones, si quiere que su negocio crezca.
Desde el primer punto de vista, si comparáramos dos estructuras empresariales en el mercado, podríamos decir que aquella que no tiene procesos descentralizados o tercerizados y que se basa en un modelo piramidal para la gestión y toma de decisiones, estaría literalmente volviéndose más lenta al ser una estructura mucho más pesada, semejante a una supernova, y que la fuerza de gravedad resultante se convertiría en una presión aplastante producto de las exigencias del mercado.
Por el contrario, una organización que tiene procesos descentralizados o tercerizados, pues no todos no forman parte de su core business, y que tiene un modelo estructural mucho más horizontal, en este caso similar a nuestro sistema planetario con un sol que ilumina a los demás en el centro, es capaz de tomar decisiones de manera más independiente y ser mucho más ágil en el mercado puesto que al ser más livianos podrán seguirle el ritmo al mundo exterior y adaptarse al constante cambio que se da en el mismo.
Por lo tanto las empresas de estructuras más livianas literalmente podrían estar yendo a la velocidad del mercado y adelantándose a la competencia o, en el mejor de los casos, adelantándosele a ambos.
Por otro lado desde el punto de vista fundamental podríamos decir que aquí lo que se busca es incrementar el peso del sistema en su conjunto puesto que, tratándose de temas como la visión, misión y valores de la organización, deberían incrementar el peso de la misma por la calidad de su desarrollo. ¿Pero, por qué incrementar el peso ahora?
Pues simplemente porque en este caso, al incrementar la masa de la ideología de la organización, obtendríamos una mayor fuerza de gravedad que, dicho sea de paso, podríamos representarla por el compromiso de sus integrantes y la fidelidad de sus clientes.
Cuando una organización carece de esta fuerza de gravedad, deja de ser una marca fuerte y posicionada en el mercado, ya que como reclutador resulta sin la fuerza para atraer y retener el talento que necesita para mantener un crecimiento constante y, consecuentemente, pierde también fuerza para fidelizar a sus clientes a través de productos, atención y servicios de alta calidad.
En conclusión, toda organización debe manejar un modelo estructural liviano y descentralizado que se enfoque en los elementos de su core business, manteniendo una gestión organizada y evitando caer en el típico error de sobrecargar a una persona o área con más tareas de las que puede realizar en el tiempo requerido, ya que esto sólo conllevará a generar un malestar en los colaboradores y a su vez una demora en los procesos.
Todo emprendedor debe desarrollar y trabajar constantemente los fundamentos ideológicos sobre los que se mueve su organización pues serán estos los que funcionen como el pegamento que mantenga unidos fuertemente a los integrantes de la misma y que harán que su marca se vuelva reconocida y sólida. Por último, cada emprendedor debe estar consciente y gestionar su propio tiempo para que en algún momento pueda pasar a convertirse en empresario, aprendiendo a delegar tanto funciones como la toma de decisiones, si quiere que su negocio crezca.